Las Cuevas de Soria presentada por Teresa Hernández, muchas gracias por tu colaboración.
Unas pocas casas se agrupan entre la tierra de pinos y el cañón que forma el río Izana en Tierra de Almazán. Es el pueblo de las Cuevas de Soria, un lugar apartado en el que a día de hoy es posible paladear la Soria más pura que mencionaba Machado en sus poemas. Las ruinas de un castro celtíbero ubicado en la sierra de Inodejo son el testigo mudo de la evolución de la aldea desde tiempos inmemoriales. Vieron la construcción de la magnífica casa tardo-romana en el siglo IV dedicada a la explotación agrícola y ganadera de la zona y su declive; también su reconstrucción en el siglo XXI para recrear la grandeza de lo que fue.
Oda a la historia
Contemplaron la construcción de un humilde hospital adosado a la iglesia de San Miguel que daba cobijo a los más desfavorecidos y cómo poco a poco aquellos muros cayeron y se confundieron con las piedras del terreno circundante. El castro oculto entre las carrascas fue el testigo de honor del descubrimiento de las reliquias de los santos mártires, patronos de la villa, y de la construcción de la ermita en la que ahora se custodian.
Y día a día admiran la belleza que deja el río a su paso, aunque lamentan la escasez de agua. No olvidan los manantiales que brotaban en los recodos y el continuo trasiego de los vecinos cargados con baldes. El tiempo en el que se formaban pozas cristalinas y profundas ya pasó, pero se mantiene intacto el espíritu que habita en el bosque.
Es sencillo llegar a la hoz que el agua ha formado en la sierra. Se inicia tras las ruinas de la última casa habitada antaño. La del abuelo Manuelejo.
Para más información. Esperemos que os gustara.