Nuestra provincia cuenta también con lugares que en su día fueron grandes y majestuosas construcciones de las que hoy sólo queda parte del recuerdo pero que bien merece la pena visitar y hacer una pequeña descripción para que os animéis a acercaros hasta ellas, hablamos del Monasterio Jerónimo de Guijosa.
Historia del ayer
Hoy nos trasladamos hasta las ruinas del monasterio de la Orden de los Jerónimos. Esta enclavado en Guijosa, una pequeña población situada al oeste de Soria muy cercana al límite con la provincia de Burgos. Para llegar hasta él tomamos la carretera en dirección a Espeja de San Marcelino.
Una vez cruzado el río Pilde, nuestra vista nos dirá hacia dónde ir ya que su resto más visible, la única pared que queda en pie, nos atrae desde la lejanía. Sólo es cuestión de seguir el cartel que encontraremos en el primer camino hacia nuestra izquierda y que nos dice “Convento de los Jerónimos”. Un trayecto en línea recta de poco más de medio kilómetro. Con ello ya estamos listos para empaparnos de su historia, un panel explicativo ubicado allí nos ayudará.
Unos pocos datos
Fundado por el cardenal y obispo de Osma Don Pedro de Frías en 1402. Llegó a tener dos claustros de los cuales uno era de estilo herreriano para uso de los monjes. El otro para la hospedería, ambos de doble arquería. El edificio contaba además de las celdas de los monjes. También con graneros, corrales, una huerta cerrada y un importante “scriptorium”. Durante siglos llenó de espectaculares libros cantorales de iglesias y conventos. No sólo nuestra provincia sino también otros muchos lugares de culto religioso. Adicionalmente, llegó a tener un palacio construido junto al presbiterio de la iglesia. Era de la familia de la casa de Avellaneda. Donde pasaba sus temporadas de retiro, familia que sería enterrada en el interior templo.
Desaparición
Desafortunadamente, la sombra de la desamortización de Mendizábal llevada a cabo en el año 1835 llegaría hasta el lugar siendo los monjes obligados a abandonar las dependencias. Veinte años después, sólo quedarían ruinas en la zona, a excepción de la iglesia, que se mantuvo en pie hasta después de la Guerra Civil cuando fue expoliada y saqueada hasta quedar en su estado habitual.
En la actualidad
Lo que hoy podemos contemplar de forma más visible es sólo el muro oeste que cerraba la parte del coro. También podremos jugar a adivinar la estructura de planta de cruz latina de la iglesia. Así como pasear entre numerosos muros y montículos. Actualmente nos hacen preguntarnos en qué parte del monasterio nos encontraríamos ahora.
Por último, podremos tomar un sosegado almuerzo o merienda en una zona habilitada con mesas y asadores junto a un pequeño manantial. Así que desde allí podremos observar la magnitud que llegaron a tener sus huertas. Aún se conservan gran parte de sus paredes formando un gran perímetro alrededor.
Si todavía os queda curiosidad, podéis desandar vuestros pasos. Así volver hasta la carretera y visitar la pequeña ermita románica de Nuestra Señora de la Concepción. Esta situada a escasos metros de allí en lo alto de un pequeño cerro. Asimismo, el bonito paraje de la Hoz de Orillares está muy cerca del lugar y seguro que será un colofón fantástico para la expedición. También podéis leer más sobre historias que la rodean aquí.
¡Gracias por leernos y si os ha gustado, no os olvidéis de compartir! Esperamos ver te pronto por el monasterio jerónimo de Guijosa.
¡Nos encanta este sitio!
Esta muy cerca de nuestro camping en el Cañon del rio lobos. http://www.campingriolobos.es